La energía solar termica consiste en la captación de la radiación del Sol y su transformación en calor para su aprovechamiento en diversas aplicaciones. La aplicación más generalizada de esta energía es la producción de agua caliente. La transformación de radiación en calor se realiza por medio de unos dispositivos específicamente diseñados denominados colectores solares.


Colector Solar

Un colector solar es un dispositivo capaz de captar la energía que aporta la radiación solar, utilizándola para calentar un determinado fluido (generalmente agua) a una cierta temperatura. En función de la misma, los colectores pueden ser de alta, media o baja temperatura, siendo estos últimos, los que han adquirido mayor desarrollo comercial.

Ventajas

La energía solar térmica constituye una fuente energética gratuita e inagotable, más respetuosa con el medio ambiente que las energías convencionales.
Este tipo de instalaciones no produce afecciones sobre el medio físico, ni sobre la calidad del aire, ni sobre los suelos. Además no provocan ruidos ni afectan a la hidrología existente, y tienen un carácter autónomo y descentralizado, con lo que contribuyen a un equilibrio estratégico en el suministro de energía y a conseguir un desarrollo más sostenible.
La energía solar térmica contribuye eficazmente a la reducción de emisiones de CO2, uno de los principales compromisos que tiene actualmente contraído la sociedad.
Además, la utilización de sistemas solares térmicos conlleva el aprovechamiento de uno de los principales recursos endógenos del país.
La aplicación de estas instalaciones al calentamiento de agua conlleva generalmente una alta rentabilidad económica, considerando que:
• El ahorro energético puede llegar al 100%.
• Los requerimientos de operación y mantenimiento son mínimos.
• La vida útil de las instalaciones es de 15-20 años.


Inconvenientes

El uso generalizado de la energía solar térmica se dificulta por los altos costes de la instalación, y la técnica aún insuficiente en cuanto al almacenamiento de la energía, y la calidad y eficiencia de los materiales. La necesidad de una inversión inicial elevada es uno de los condicionantes que más influyen, ya que realizar una instalación de energía solar térmica representa adelantar el pago de la energía futura a obtener del sistema, lo que constituye ya de por sí una barrera. En muchas ocasiones, la falta de consideración de criterios de integración arquitectónica durante el montaje de la instalación solar que minimicen su impacto visual, ha provocado un cierto rechazo a este tipo de instalaciones en la sociedad y en el colectivo de arquitectos por motivos estéticos. En el sentido legislativo y normativo, el mercado solar térmico, hasta el momento, no se ha regulado ni apoyado, lo que retrasa su desarrollo.



 


 

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